En el libro El mundo del trabajo: miradas desde Venezuela, UCAB, 2020 escribí algunas breves notas sobre migración y derechos laborales.
https://drive.google.com/file/d/1r8Wgh1ZDBRupy81CgIHZRGzBQs1bzPyv/view?usp=sharing
"Según Fernando Vallejo[1], la taxonomía linneana[2] incurre en un verdadero arrebato de vanidad al calificar a nuestra especie, tan proclive a las más abyectas tropelías, como homo sapiens, es decir, hombre sabio. Propone el polémico autor, en sustitución de aquélla, la –ciertamente más modesta- simius mendax o mono mentiroso.
Una categoría alternativa que me permito sugerir, si como acto simbólico de tardía contrición nos animásemos a reconocer que, “nos guste o no, somos miembros de una familia grande y particularmente ruidosa: la de los grandes simios”[3], es la de simius viatorem, esto es, mono viajero o –más poéticamente- aventurero.
En efecto, nuestros ancestros, erguidos sobre sus extremidades inferiores, con las manos libres para manipular utensilios y armados con una capacidad cerebral de entre 1200 y 1400 cm3, se expandieron por África y desde allí, hace aproximadamente 70.000 años[4], iniciaron, con éxito, el poblamiento de todos los rincones del planeta. Quizá ya antes habían imaginado lugares más fértiles y seguros, allende el horizonte, que habrían de aliviar los rigores de un mundo confuso, cruento y hostil[5]. A la postre, esa imaginación afiebrada los impulsará a construir naves para surcar océanos y cielos, alcanzar la luna, y fraguar la colonización de otros planetas[6].
Entonces y ahora, las migraciones humanas se desarrollan básicamente por el imperativo de supervivencia, por la búsqueda incesante de condiciones que aseguren la preservación del individuo y su grupo familiar[7]. Esta pulsión migratoria por instinto vital deviene atizada por el amplísimo espectro de adaptabilidad a los más diversos ecosistemas, y la extraordinaria capacidad de futurar[8], es decir, vislumbrar –y vislumbrarse en- un tiempo por venir[9]...".
[1] Discurso pronunciado en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, el 23 de abril de 2016. Recuperado de: http://www.elespectador.com/noticias/cultura/colombia-articulo-628768.
[2] Refiere a la clasificación de los seres vivos desarrollada por el naturalista sueco Carl von Linneo (1707-1778).
[3] HARARI, Yuval (2017): De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. 11ª reimpresión. PRHGE, Bogotá, p. 17.
[4] “Los científicos […] coinciden en que hace unos 70.000 años sapiens procedentes de África oriental se extendieron por la península arábiga y, desde allí, invadieron rápidamente todo el continente euroasiático”. Ibídem, pp. 26 y 27.
[5] Mario Vargas Llosa, en su discurso de aceptación del Nobel de Literatura, el 7 de diciembre de 2010, manifestó: “Siempre me ha fascinado imaginar aquella incierta circunstancia en que nuestros antepasados, apenas diferentes todavía del animal, recién nacido el lenguaje que les permitía comunicarse, empezaron, en las cavernas, en torno a las hogueras, en noches hirvientes de amenazas –rayos, truenos, gruñidos de las fieras–, a inventar historias y a contárselas. Aquel fue el momento crucial de nuestro destino, porque, en esas rondas de seres primitivos suspensos por la voz y la fantasía del contador, comenzó la civilización, el largo transcurrir que poco a poco nos humanizaría y nos llevaría a inventar al individuo soberano y a desgajarlo de la tribu, la ciencia, las artes, el derecho, la libertad, a escrutar las entrañas de la naturaleza, del cuerpo humano, del espacio y a viajar a las estrellas. Aquellos cuentos, fábulas, mitos, leyendas, que resonaron por primera vez como una música nueva ante auditorios intimidados por los misterios y peligros de un mundo donde todo era desconocido y peligroso, debieron ser un baño refrescante, un remanso para esos espíritus siempre en el quién vive, para los que existir quería decir apenas comer, guarecerse de los elementos, matar y fornicar. Desde que empezaron a soñar en colectividad, a compartir los sueños, incitados por los contadores de cuentos, dejaron de estar atados a la noria de la supervivencia, un remolino de quehaceres embrutecedores, y su vida se volvió sueño, goce, fantasía y un designio revolucionario: romper aquel confinamiento y cambiar y mejorar, una lucha para aplacar aquellos deseos y ambiciones que en ellos azuzaban las vidas figuradas, y la curiosidad por despejar las incógnitas de que estaba constelado su entorno”. Recuperado de: https://www.nobelprize.org/nobel_prizes/literature/laureates/2010/vargas_llosa-lecture_sp.html.
[6] “NASA is developing the capabilities needed to send humans to an asteroid by 2025 and Mars in the 2030s – goals outlined in the bipartisan NASA Authorization Act of 2010 and in the U.S. National Space Policy, also issued in 2010”. Recuperado de: https://www.nasa.gov/content/nasas-journey-to-mars/#.VH61w4W1f0c.
[7] “La mayoría de los entrevistados concebía a la migración como la mejor manera de luchar por una vida mejor, lograr un mejor ingreso en sustento de las necesidades básicas, así como para invertir en educación, en especial para aquellos que tienen hijos.” ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (2015): Explotación laboral, trata y salud de los migrantes. OIM, Ginebra, p. 155. Recuperado de: https://publications.iom.int/system/files/pdf/explotacion_laboral_trata_y_salud_de_los_migrantes_0.pdf.
[8] No registra este verbo el Diccionario de la Real Academia Española. En lengua portuguesa, como es fácil deducir, significa predecir, pronosticar, conjeturar o hacer vaticinios. Recuperado de: https://www.dicio. com.br/futurar/.
[9] “El hombre vive en el mundo de posibilidades, ya que la posibilidad es la dimensión del futuro y el hombre vive proyectado de continuo hacia el futuro” ABBAGNANO, Nicola (1974): Diccionario de Filosofía. Fondo de Cultura Económica, México, pp. 73-75. Apud MACÍAS, Francisco (2012): Futuro: posibilidad de ser. La Colmena 75 (julio-septiembre 2012). Universidad Autónoma del Estado de México, p. 19. Recuperado de: http://web.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena_75/Dossier%20de%20Filosofia/Futuro_posibilidad_ser.pdf.
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